Entrega individual 2: Reyes Parias Yáñez. Evaluación psicológica en la vejez

    

    

    
    Siguiendo con la importancia de tener en cuenta las características de la población a estudiar, se van a presentar factores que influyen en una correcta adaptación de los instrumentos de evaluación así como las principales técnicas usadas en la evaluación psicológica en la vejez.

    En cuanto a la evaluación de personas mayores y los instrumentos correctos que se deben utilizar para realizarla encontramos dos posturas: aquellos que defienden que sería correcto aplicar los datos normativos de población general a las personas mayores y aquellos que apoyan que la edad es un factor determinante por lo que las técnicas de evaluación deberían tener baremos específicos para este grupo de la población.

    Sin embargo, ambas son extremas por lo que parece necesario tener en cuenta aspectos como la dimensión psicológica concreta que evalúa el instrumento al que pertenecen los datos normativos, la influencia del efecto cohorte sobre la validez de los datos normativos y el objetivo con el que se utiliza el instrumento.

1. La dimensión o característica psicológica que está evaluando el instrumento que se pretende utilizar: un ejemplo de ello es la inteligencia. Los instrumentos que la miden si requieren de la elaboración de baremos aplicados a la población anciana con el fin de hacer una diferencia entre el deterioro cerebral patológico y aquellos cambios cognitivos que se consideran dentro del envejecimiento normal.

2. La influencia del efecto cohorte sobre la validez de los datos normativos, por cuanto los tests que han sido construidos para una cohorte dada en la primera etapa de la edad adulta pueden permanecer válidos para esa cohorte a través de toda la etapa adulta, pero es posible que no sean válidos para otras cohortes. Las diferencias relacionadas con la cohorte no son igualmente importantes para los distintos aspectos del funcionamiento. Así, por ejemplo, las diferencias entre cohortes relacionadas con la educación son importantes para explicar algunas funciones (p.ej: inteligencia), mientras que su importancia será probablemente menor en otros aspectos del funcionamiento (p. ej., agudeza visual).

2. El objetivo con el que se utiliza el instrumento: La mayor parte de los datos normativos de los instrumentos de evaluación se han construido con adultos jóvenes para llegar a determinar un criterio óptimo de funcionamiento en un área dada. Si nuestro propósito al utilizar un instrumento de estas características es determinar si un anciano mantiene niveles de ejecución similares a los de una persona m& joven en una variable determinada, la validez de constructo no se vería afectada. Sin embargo, no sería así si nuestro objetivo fuera evaluar el cambio en una función concreta en un individuo dado

    En este sentido, como ya ha sido expresado anteriormente, dado que la mayor parte de los baremos de los tests han sido construidos a partir de estudios transversales, una posible solución a los problemas descritos seria realizar estudios secuenciales de cohortes sucesivas para evitar el riesgo de realizar diagnósticos o predicciones erróneas.

    Por último, hasta que no sea posible disponer de baremos apropiados para las personas mayores, y dado que los ancianos no sólo no son un grupo homogéneo, sino también, una población esencialmente diferente -motivacional, fisiológica y experiencialmente- respecto a personas de menor edad, debemos tener precaución al aplicar a ancianos instrumentos desarrollados y baremados para población de menor edad.

    A continuación se presenta un resumen de las técnicas más utilizadas y de las dificultades que se presentan a la hora de aplicarlas a las personas mayores envejecidas.



Referencia:

Montoro I. (1990) Evaluación psicológica en la vejez: instrumentación desde un enfoque multidimensional [Tesis doctoral en la Universidad Autónoma de Madrid]. http://hdl.handle.net/10486/4577


 



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